Fali es un chaval de veinte años que vive con su madre y trabaja como repartidor en un supermercado, una tapadera perfecta para ejercer de gigoló entre las amas de casa más desatendidas. Su sueño es comprarse un cochazo de lujo, y por eso ahorra celosamente todo lo que gana. Mientras llega el momento, Fali deambula por el barrio con sus amigos Paco el Oso, Laski y Bolinga. También ellos aspiran a grandes cosas; Paco es guardia de seguridad y entrena para ser boxeador. Laski todavía no ha visto una mujer de cerca, pero no deja de pensar en el sexo; tanta práctica en solitario le ha convertido en un auténtico activista del amor propio. Bolinga, estudiante de segundo de Psicología, aspira a convertirse en empresario horticultor en la ilegal rama de la marihuana casera.
Fali sigue su plan de ahorro hasta que César, hostelero con posibles, le ofrece un camino más rápido para conseguir el coche de sus sueños: trabajar en el pequeño emporio Cesar Palace, un mini centro comercial dotado de cafetería, vídeo club, billares y estanco. Además de encargarse de la sección porno del videoclub, Fali tendrá que «entretener» a la empleada Lidia, amante del jefe, para que Andrea, su mujer, no sospeche nada raro. La recompensa que le ofrece es demasiado jugosa: su propio BMW.
Poco a poco, la vida de Fali se va liando; sus colegas ven en él a un triunfador, por eso le piden que participe como socio inversor en negocios de riesgo que incluyen apuestas en peleas ilegales o plantaciones de marihuana. Al mismo tiempo, Lidia empieza a hacer planes de futuro sin saber que el indomable Fali está cayendo a su vez en las garras de un fascinante amor veinteañero hacia Andrea, la mujer del jefe. Por si fuera poco, su vecina Teresa también se ha fijado en él como objetivo a largo plazo para cazarlo como marido.
Con el cochazo asegurado, Fali vive su mejor momento; está liado con Andrea y siente algo especial por ella, aunque también se acueste con Lidia o Teresa. Ha entrado en el negocio agrícola de su amigo Bolinga como socio capitalista. La vida le sonríe, está en la cima del mundo. Pero, a veces, hasta las cosas más enderezadas pueden torcerse...
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