El día de su boda, Mina (Yumiko Shaku) es asesinada. Su alma viaja a la Puerta del Rencor, donde Izuko, su guardiana, le da a elegir tres destinos: aceptar la muerte, ir al paraíso y esperar a la reencarnación; seguir siendo un alma y vagar eternamente por el mundo de los vivos; o maldecir a una persona y matarla. A la dificultad de semejante decisión, se suma el sufrimiento de su novio Kohei, con quien Mina no puede comunicarse en tanto que alma, un encuentro con el responsable de su muerte, Tatuya Kudo, ingeniero genético de fama internacional, y la amenaza de más muertes.
La frontera entre el bien y el mal se desdibuja ante la imperiosa pregunta.
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