Condenado a cadena perpetua por un crimen que afirma no haber cometido, Henri Charrière, es enviado al exilio en las colonias penitenciarias de Guayana francesa y la isla del Diablo.
Conocido por su apodo de Papillon, debido al tatuaje de una mariposa que lleve en el pecho y que simboliza la libertad, Charrière dedica todo su tiempo y energía a escaparse con sus amigos y compañeros de cárcel Delga. Un día, recibe un castigo y se encuentra incomunicado durante dos largos perídos. Tras trece años de detención salvaje, su coraje y su fe indestructibles lo llevarán a la libertad.
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