Slatan es un hombre corriente de Karadjistan enfrentado a una situación extrema: hacerse estallar en un avión de pasajeros de Moscú con destino a Madrid. Pero sus planes se tuercen cuanto una tormenta retrasa el vuelo y los pasajeros son alojados en un hotel de montaña hasta que pase el temporal; así, el suicida ha de convivir durante tres días con sus futuras víctimas, que tienen una visión positiva y optimista de la vida.
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